Sin furia, pero con clase
Edgard Tijerino/END
¡Qué llamativo fue ese accionar español “adornado” por una sencillez
artística! Imponiéndose 2-0 a Francia sin necesidad de sacar del baúl
aquella furia espartana que ha caracterizado su juego, pero con esa
clase que la sostiene en la cima del ranking de la FIFA, la tropa
dirigida por Vicente del Bosque, exhibió su favoritismo ayer en Saint
Dennis, desvaneciendo un maleficio que tenía 42 años, no poder ganar en
territorio galo.
El gol de David Villa con certero derechazo recibiendo de Iniesta en el
minuto 21, y la estocada zurda de Sergio Ramos maniobrando dentro del
área a los 45, establecieron una clara diferencia entre las
pretensiones de un fútbol muy fluido en el medio con Fábregas obligado
a superar dificultades, agregándose a Alonso para garantizar las
progresiones y profundizar las ofensivas en el primer tiempo, y luego
con Xavi tomando los hilos y combinando esfuerzos con el incansable y
siempre creativo Iniesta en la segunda fase, y la incapacidad de los
franceses en el último tramo de la cancha, atrapados y sin salida por
la firmeza de una defensa aprieta tuercas.
El remate de cabeza de Malouda que rebotó en el poste izquierdo de
Casillas a los 79 minutos, fue la posibilidad más cercana a quebrar el
hielo que tuvo Francia, en tanto España, vio malograrse una escapada
por la derecha del veloz Navas, culminada con un violento disparo
rasante que pasó escalofriando al notable arquero Lloris.
Pudo observarse con claridad, cómo Francia vio apagarse a la mayoría de
sus individualidades, incluyendo al tan buscado Frank Ribéry, mientras
confirmaba la pérdida de incidencia de Thierry Henry, oscurecido la
mayor parte del tiempo, en tanto una pieza clave, Nicolás Anelka, era
reducido drásticamente en sus posibilidades. Contra reloj, Francia –que
ha sido campeón y sub en dos de las tres últimas Copas- necesita
mejorar mucho para poder conseguir el funcionamiento y la fortaleza
requeridos para sobrevivir.
Messi oculto, Higuaín visible
En otro de los duelos de sometimiento a prueba, calificados de
mayúsculo interés, Argentina derrotó 1-0 a los siempre temidos alemanes
con un gol de Gonzalo Higuaín, trazado en forma relampagueante con una
larga y precisa entrega de Angel Di María en el minuto 45. El arquero
germano Alder, salió precipitadamente del área en busca de un cierre
milagroso con los pies, pero fue “toreado” hábilmente por el
“Mosquetero” del Real Madrid, quien desde la derecha, con fino y
estupendo zapatazo, colocó la pelota en el rincón izquierdo.
Sin el brillo de Lionel Messi, una vez más afectado por la escasez de
balones disponibles y la falta de entendimiento en la zona roja,
Argentina realizó un juego ordenado, muy seguro en la elaboración, pero
sin poder sacar provecho de la improvisación, un arma de vital
importancia, que siempre ha utilizado apropiadamente.
Fue la primera señal enviada por este cuestionado equipo gaucho, que
lució más compacto, pese al problema de no tener a Messi integrado a
las maniobras como en el Barcelona, algo que Maradona subestimó,
extasiado por la victoria revitalizante, sobre uno de los “osos” de las
Copas.
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